En mi vida, nunca he manipulado a nadie, y mucho menos al Santo Padre", afirmó el cardenal Angelo Becciu en una larga declaración espontánea al comienzo de la 52da audiencia del juicio sobre los fondos de la Santa Sede.
Lo enfatizó en referencia a su correspondencia con el papa Francisco registrada en actas en una última audiencia del promotor de justicia Alessandro Diddi. Becciu ha querido demostrar hoy que las declaraciones a su favor presentadas a Jorge Bergoglio para su firma habían sido en realidad solicitadas por el mismo Pontífice, quien finalmente no las firmó.
"Fue en los días, chocantes para mí, justo después de la formalización de las acusaciones en mi contra, acusaciones que hoy como ayer rechazo enérgicamente, porque son infundadas, consciente de mi absoluta inocencia. Estaba, aún más intensamente que hoy, abatido por esta dolorosa prueba y por el contacto con un mundo (el judicial, NDR) completamente desconocido para mí, con sus fríos tecnicismos", recordó Becciu sobre el período en que escribió esa carta al Papa, entre el 20 y el 24 de julio de 2021.
"Sin intención absoluta de involucrar al Papa en la cuestión procesal -continuó-, existía, sin embargo, la necesidad de probar dos hechos que realmente ocurrieron, que vi reconstruidos de manera completamente errónea en la citación" "Estos hechos, secretos o en todo caso reservados, nadie más -aparte del Papa- las conocía en detalle", añadió Becciu. En particular, se trata de la "autorización de la operación humanitaria (la liberación de la monja colombiana secuestrada en Malí, NDR), inherente a la necesidad de secreto por haber tenido el secreto pontificio grabado en el origen (de donde el Santo Padre solo prescindió el 22 de marzo de 2022). La otra cuestión, es el contacto de Becciu con Giancarlo Innocenzi Botti, antiguo parlamentario de Forza Italia y subsecretario de comunicaciones en el gobierno de Silvio Berlusconi, y Giovanni Castellaneta, antiguo embajador italiano en Washington. "Dos hechos que lo involucraron directamente", dijo del Pontífice.
Al no poder recibirlo porque acababa de ser dado de alta del hospital tras una operación de colon, el Papa telefoneó a Becciu el 19 de julio: "Le expliqué mi necesidad de probar la verdad.
No tener justificaciones convenientes, sino sólo la Verdad. Me pidió que pusiera por escrito lo que yo creía que debía declararse para poder reconstruir la Verdad, fíjense que no fui yo quien lo propuso, sino que fue él (por el Papa, NDR) quien me pidió que formalizara por escrito esta información, así lo hice, lo siguiente día, con carta de 20 de julio de 2021", prosiguió Becciu.
"Basta leer esta primera carta, que el Papa me confirma, para tener plena certeza de esta carta, señor presidente, que el promotor no ha depositado! Y que, por tanto, me veo obligado a depositar, en beneficio de la verdad", insistió. "Como me lo pediste, te envío las dos declaraciones para que las firmes lo antes posible porque tendré que depositarlas en el juzgado", apunta Becciú en esos mensajes al Papa.
"Debo confesar, señor Presidente -continuó Becciu-, que encuentro incomprensible, por no decir injustificada, la conducta procesal del promotor, quien, al optar por revelar la correspondencia privada entre el Santo Padre y yo, decidió hacerlo de manera parcial, al no revelar al Tribunal mi primera misiva, la del 20 de julio de 2021, que acabo de mencionar y de la que se desprende que yo, al escribir al Santo Padre, me disponía a acceder a su petición. decidido involucrar directamente al Santo Padre, entonces creo que es necesario reconstruir los hechos de manera completa. Y por eso, por lo tanto, archivo la primera carta".
"Grande fue mi asombro al recibir la respuesta del 21 de julio de 2021, exactamente al día siguiente", reiteró. En él, "observo un estilo y una terminología inusuales para el Santo Padre, cuyo tono conozco bien por los 5 años de colaboración continua como Sustituto.
Además, "aunque se reafirman los puntos centrales de la reconstrucción (es decir, la audiencia en en el que expliqué al Papa la propuesta de Innocenzi Botti, por un lado, y la existencia de la conocida operación humanitaria, por otro), se hizo una descripción de los hechos, y sobre todo de la formas, en total contraste con la conversación del 19 de julio, en la que él mismo me invitó a enviar tales declaraciones que tuvieran precisamente ese contenido", subrayó el declarante.
"Eso me sorprendió", "Me desorienté": "Él me había invitado expresamente a escribirle y luego leí que lo había sorprendido", añadió. "Realmente no podía comprender lo que estaba pasando. Al leer luego también el segundo escrito, el del 26 de julio de 2021, me desorienté aún más, porque no reconocí al Santo Padre en esas pocas líneas. El contenido estaba bien distante", completó. (ANSA).
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