El episodio ocurrió justo antes de la hora de cierre, y la escena fue filmada con un teléfono inteligente por algunos visitantes asombrados y transmitida por el canal de Telegram "Bienvenidos a las Favelas".
De inmediato intervinieron tanto los custodios de la Basílica como algunos gendarmes, quienes obligaron al hombre a vestirse nuevamente y lo trasladaron a la sede de la Gendarmería para su identificación y un primer interrogatorio.
Trascendió que sería una persona aquejada de graves problemas depresivos, que habría dicho que sufría por los niños ucranianos que pierden la vida bajo los bombardeos rusos.
(ANSA).
Leggi l'articolo completo su ANSA.it