Con un anuncio sorpresa, la Santa Sede comunicó el viaje del cardenal Matteo Zuppi a la capital estadounidense cuando el prelado ya volaba a Estados Unidos: la misión durará tres días, hasta el miércoles 19, y tendrá en el centro de las conversaciones, especialmente, la situación de los niños ucranianos.
Como sucedió en Ucrania y Rusia, el presidente de los obispos italianos, acompañado de un funcionario de la Secretaría de Estado vaticana, se reunirá con toda probabilidad con los líderes de la diplomacia estadounidense para hacer balance del proceso de mediación que ahora ha puesto en marcha el Estado Pontificio hace un mes, con el primer viaje de Zuppi a Kiev.
"La visita -dice la nota de la oficina de prensa de la Santa Sede- se realiza en el contexto de la misión destinada a promover la paz en Ucrania y tiene como objetivo intercambiar ideas y opiniones sobre la trágica situación actual y apoyar iniciativas en el campo humanitario para aliviar el sufrimiento de las personas más afectadas y frágiles, especialmente los niños".
El Vaticano no quiere excluir a nadie de las "negociaciones" por la paz, lo subrayó también el propio secretario de Estado, Pietro Parolin, al responder a una pregunta sobre la posible implicación de Estados Unidos y China.
La misión de paz de la Santa Sede comenzó oficialmente el pasado 5 de junio, con la visita de dos días de Zuppi a Kiev, después de que el Papa, aproximadamente un mes antes, hubiera anticipado en su viaje de regreso desde Hungría su intención de dar vida a la mediación por la paz.
El enviado de Francisco no solo se reunió con el presidente ucraniano Volodimir Zelensky sino que también visitó uno de los lugares del horror de la guerra, en esas fosas comunes de Bucha, escenario de la masacre perpetrada por los rusos en marzo de 2022.
El propio Zelensky acogió con agrado la visita de enviado del Papa pero -explicó- "dado que la guerra está en nuestro territorio, la fórmula para alcanzar la paz sólo puede ser ucraniana". Tres semanas después, el presidente de los obispos voló a Moscú, nuevamente para una visita de dos días, los días 28 y 29 de junio.
A pesar de un momento inicial de estancamiento con las autoridades, Zuppi regresó a Italia con los "frutos de la esperanza" hacia un camino de paz. "Se ha abierto un canal de diálogo y hay voluntad de continuar el camino y esto no se da por sentado", fueron las palabras del obispo católico de Moscú, monseñor Paolo Pezzi.
El enviado papal no se reunió con Vladimir Putin, pero sí vio a Yuri Ushakov, asistente del presidente ruso para asuntos de política exterior, y luego a Maria Lvova-Belova, comisionada de Moscú para los derechos del niño. En su viaje, Zuppi también se encontró con el patriarca Kirill con quien habló -en un encuentro calificado de "muy cordial"- sobre "iniciativas humanitarias que pueden facilitar una solución pacífica".
El Papa Francisco ha sido informado de todas las reuniones, y nunca pierde la oportunidad de revitalizar los llamamientos por la paz. Ahora emerge el nuevo e importante viaje a Washington, con la esperanza de que también desde Estados Unidos se abran nuevos rayos de paz. (ANSA).
Leggi l'articolo completo su ANSA.it