"Amigos, no están aquí por casualidad. El Señor los ha llamado, no sólo en estos días, sino desde el principio de sus días. Sí, los ha llamado por sus nombres. Llamados por sus nombre: intenten imaginar esas palabras escritas en letras grandes; y luego piensen que están escritas dentro de ustedes, en sus corazones, como si formaran el título de su vida, el sentido de lo que son: son llamados, son llamados, son llamado por su nombre". (ANSA).
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