Estación tras estación los jóvenes, reunidos en el Parque Eduardo VII, hablaron de su vía crucis personal de cada día.
"Nos dicen que la vida está llena de oportunidades, pero es difícil ver dónde están esas oportunidades cuando el dinero no es suficiente, cuando no puedes encontrar trabajo y cuando el acceso a la educación es a menudo prácticamente imposible", se lee en la meditación de la primera estación, difundida en el portal oficial de la Jornada.
Los jóvenes pusieron todos los males de nuestro día al pie de la cruz: "guerras, ataques, tiroteos masivos pero también violencia en los matrimonios y relaciones, abuso infantil, intimidación, abuso de poder, familias donde se arrojan palabras pesadas como piedras".
"Nos dijeron mil veces que lo más importante era nuestra imagen y nuestra autorrealización. Que teníamos derecho a ser felices y que primero teníamos que pensar en nosotros mismos. Y aquí estamos, egocéntricos, cada uno enfocado en su celular, en interés propio, en la isla de uno, esperando una felicidad que no llega", fue la oración de la sexta estación.
Y otra vez: "Los jóvenes de hoy, Señor, a menudo tenemos una mente complicada. Sufrimos de ansiedad y depresión, problemas de alimentación, agotamiento. A veces nos preguntamos quiénes somos y si vale la pena vivir la vida. A veces, nos sentimos muy deprimidos, en el suelo. Peor que tener un problema, es sentirse como un problema".
Luego se mencionó la zozobra por el clima: "Nos preguntamos cómo será nuestro futuro en este planeta. Asistimos al consumo descontrolado de los recursos de la tierra, a la extinción de algunas especies, a la devastación de los bosques.
Nos asusta el cambio climático y nos sentimos muy inseguro sobre el futuro".
Finalmente, el pensamiento se dirige a todos aquellos que "huyen de la guerra, del hambre, de la falta de agua, de la persecución política". (ANSA).
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