(ANSA) ROMA - Las Iglesias están cada vez más vacías en Italia: en 2022 se alcanzó el mínimo histórico con un 18,8 por ciento de personas participando en un rito religioso al menos una vez a la semana.
Son mucho más numerosos, el 31%, los que el año pasado no han pisado nunca un lugar de culto, salvo para un evento concreto, como una boda o un funeral.
En veinte años la práctica religiosa en Italia ha experimentado un descenso constante hasta la mitad: ha pasado del 36,4% de la población en 2001, que decía ser 'practicante', a menos del 19% el año pasado.
El descenso ha sido progresivo a lo largo de los años, pero el salto' más grande se registró de 2019 a 2020, con la pérdida del 4% de las personas que iban a misa. Fue el año de la pandemia, cuando se suspendieron las celebraciones presenciales, pero se permitía ir a la iglesia.
Con el fin de la pandemia, la situación no ha vuelto a los niveles anteriores y, por el contrario, ha empeorado aún más.
En los últimos veinte años, la proporción de lo que "nunca practicaron" se duplicó, pasando del 16% en 2001 al 31% en 2022.
Los datos del instituto estatal de estadísticas, el Istat, reelaborados por el portal de información religiosa Settimana News, surgen de una encuesta por muestreo.
No se indica específicamente la religión católica (las preguntas sobre la fe no son posibles por razones de privacidad), pero está claro que en un país donde la mayoría se declara perteneciente a la tradición católica, la pregunta se refiere esencialmente a esta fe, y no a las demás minorías en Italia.
El informe estadístico confirma lo que surge desde hace años en las diócesis italianas. Según los últimos datos de la de Milán, una de las más grandes del mundo, los bautismos cayeron de 37-38 mil en la década de 2000 a 20 mil en la actualidad. Aun considerando la caída en la tasa de natalidad, es una cifra baja.
Para las bodas en la diócesis, de 18.000 anuales en la década de los 90 del siglo pasado, se pasó a las 4.000 actuales.
Las iglesias han visto un progresivo vaciamiento para todas las franjas de edad, pero la caída más evidente es la de jóvenes (18-24 años) y adolescentes (14-17 años). Si la práctica religiosa global ha disminuido un 50% en los últimos veinte años, para esos grupos de edad la disminución es de dos tercios.
De ahí la gran atención de la Iglesia italiana a la reciente Jornada Mundial de la Juventud que se celebró en Lisboa y en la que participaron unos 70.000 jóvenes italianos. Más de cien obispos los acompañaron, para guiarlos, pero probablemente también para evaluar cómo favorecer un cambio de rumbo. (ANSA).
Iglesias vacías, solo 1 de cada 5 va a misa
Mínimo histórico de práctica religiosa en 2022