Vaticano

Francisco en Mongolia, augurios a China

Rauda respuesta de Pekín: queremos mejorar la confianza mutua

Redazione Ansa

(ANSA) - ULAN BATOR, por el enviado Fausto Gasparroni - El Papa Francisco llegó esta mañana a Mongolia (hora local, la madrugada en Latinoamérica) después de un vuelo de unas nueve horas y media desde Roma. Es el primer Sumo Pontífice que visita el enorme país asiático, pero con una población de menos de tres millones y medio de habitantes.

    Francisco llegó también pensando en China, uno de los dos "colosos": la China Popular al sur, la Federación de Rusia al norte, que encierran por completo el territorio mongol dentro de sus fronteras. Sobrevolando de nuevo territorio chino después de haberlo hecho ya (el primer Papa también en esa cuestión) en agosto de 2014 en su viaje a Corea del Sur, Jorge Bergoglio envió un telegrama de saludo cortés y de buenos deseos al presidente Xi Jinping: "Le envío mis mejores deseos a su Excelencia y al pueblo chino en mi paso por el espacio aéreo de su país rumbo a Mongolia. Asegurándoles mis oraciones por el bienestar de la nación, invoco sobre ustedes todas las bendiciones divinas de la unidad y de la paz".

    Un mensaje que también es un buen augurio para las relaciones entre la Santa Sede y la Iglesia católica, por un lado, y el gobierno de Pekín, por el otro. Pronto llegó la respuesta de China, que quiere "reforzar la confianza mutua" con el Vaticano.
    "China está dispuesta a seguir trabajando con el Vaticano para entablar un diálogo constructivo, mejorar el entendimiento y fortalecer la confianza mutua", dijo el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Wang Wenbin, en la rueda de prensa diaria. Pekín "promoverá el proceso de mejora de las relaciones entre los dos países", añadió Wang.
    Sin embargo, según fuentes bien informadas, China ha prohibido a los obispos chinos viajar a Mongolia para participar en la visita del Papa: actualmente sólo el obispo de Hong Kong, monseñor Stephen Chow, se encuentra en Ulan Bator, la capital de Mongolia. En cualquier caso, peregrinos católicos procedentes de China, así como de Rusia y otros países vecinos, estarán presentes el domingo 3 de septiembre en la misa que presidirá el Papa Francisco en el Steppe Arena de Ulan Bator, dando fuerza así a la pequeña comunidad católica comunidad de Mongolia, de sólo 1.500 bautizados: "pequeña pero vivaz", la definió el Papa en su mensaje de saludo al presidente Sergio Mattarella, a quien, y con él "a todos los italianos", también dirigió "deseos de un compromiso fructífero por el bien común y con oraciones a Dios para que sostenga a quienes trabajan con iniciativas de solidaridad".

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Honras al papa Francisco al arribar a Mongolia

 

    Ayer por la tarde, antes de partir de Casa Santa Marta hacia el aeropuerto de Fiumicino, el pontífice se despidió de 12 niños sin hogar de diversas nacionalidades, alojados en el dormitorio "Dono di Misericordia", que en los últimos días han ayudado al Dicasterio para la Caridad y al cardenal limosnero Konrad Krajewski en los preparativos para el envío de alimentos a Ucrania.
    Y al saludar a los 70 periodistas que iban a bordo del avión, durante el vuelo hacia Ulán Bator -donde permanecerá hasta el lunes 4 de septiembre-, el Papa pensó en el grave duelo que sacudió a Italia por el desastre de los cinco trabajadores de mantenimiento que murieron atropellados por un tren en Brandizzo, en la región de Turín.
    "Sí, lo he oído", respondió primero al corresponsal de ANSA que le hizo la pregunta. Luego, al cabo de un momento acotó: "Los accidentes de trabajo son una calamidad. Es una injusticia. Siempre por falta de cuidado... Los trabajadores son sagrados!". Al final de su saludo, el Papa añadió: "Ir a Mongolia es ir a un pueblo pequeño en una tierra grande.
    Mongolia parece eterna y los habitantes son pocos, un pueblo pequeño (no numeroso) de gran cultura. Creo que nos hará bien comprender este silencio, tan largo, tan grande. Nos ayudará a comprender lo que significa, pero no intelectualmente, sino con los sentidos".
    Y precisó: "Mongolia se puede entender con los sentidos". A continuación, una cita cultural sobre la música rusa: "Me tomo la libertad de decir que tal vez sería bueno escuchar algo de la música de Borodin, que supo expresar lo que significa esta longitud y grandeza de Mongolia".
    A su llegada al aeropuerto internacional Gengis Kan de Ulan Bator, el Pontífice fue recibido por la ministra de Asuntos Exteriores de Mongolia, Batmunkh Battsetseg. También esperaba al Papa el prefecto apostólico, el cardenal Giorgio Marengo, misionero de la Consolata, de 49 años el cardenal más joven del Sacro Colegio, que lo acompañará en estos días a Mongolia.
    Después de la Guardia de Honor y los saludos de las delegaciones, Francisco y la canciller llegaron a la Sala VIP del aeropuerto para mantener una breve conversación. Luego, el Papa se trasladó en coche hasta la Prefectura Apostólica, sin otros compromisos para el día, sólo descansar para el largo viaje y librarse del huso horario de seis horas.
    Mañana, sábado 2 de septiembre, la jornada estará dedicada a encuentros con los jefes de Estado y las autoridades del país -que con esta visita del Pontífice intenta también salir de la sombra ra y tener su visibilidad-, una cita que incluirá a obispos y al clero. (ANSA).
   

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