Vaticano

Papa: que las nuevas tecnologías no ayuden a la locura de la guerra

"Que sirvan para abrir camino a la paz"

El Papa pidió también solidaridad con los refugiados.

Redazione Ansa

(ANSA) - CIUDAD DEL VATICANO, 14 DIC - En Mensaje por el Día de la Paz, que se celebrará el 1 de enero de 2024, el Papa pide que las nuevas tecnologías, como la inteligencia artificial, no sirvan para alimentar "la locura de la guerra" ni para profundizar las desigualdades e injusticias sociales.
    "No podemos ignorar la posibilidad de que armas sofisticadas acaben en manos equivocadas, facilitando, por ejemplo, atentados terroristas o intervenciones dirigidas a desestabilizar instituciones legítimas de gobierno", sostiene Francisco en su mensaje, "Inteligencia artificial y paz". .
    "El mundo realmente no necesita que las nuevas tecnologías contribuyan al desarrollo inicuo del mercado y el comercio de armas, promoviendo la locura de la guerra. Con ello, no solo la inteligencia, sino el corazón mismo del hombre, correrán el riesgo de volverse cada vez más 'artificiales'".
    El Papa advierte que las aplicaciones técnicas más avanzadas no deben utilizarse para facilitar la resolución violenta de los conflictos, sino para allanar el camino a la paz".
    Por otra parte, Francisco espera que "el rápido desarrollo de formas de inteligencia artificial no aumente las demasiadas desigualdades e injusticias ya presentes en el mundo, sino que contribuya a poner fin a guerras y conflictos, y a aliviar muchas formas de sufrimiento que afligen a la familia humana".
    "Que los fieles cristianos, los creyentes de las diversas religiones y los hombres y mujeres de buena voluntad trabajen juntos en armonía para aprovechar las oportunidades y afrontar los desafíos que plantea la revolución digital, y entregar a las generaciones futuras un mundo más solidario, justo y pacífico", expresa.
    En otro mensaje, enviado al Foro de Refugiados de Ginebra, y leído por el cardenal Pietro Parolin, Francisco sostiene que es necesario "encontrar una solución para la difícil situación de los refugiados" , que debe ser vista "como una responsabilidad compartida".
    El Foro, destaca el Papa, es "un signo de esperanza que se suma a los muchos aspectos positivos, signos que veo cada día: los países y las comunidades que han mantenido abiertas sus fronteras y sus corazones para acoger a los refugiados".
    Francisco destaca "las manos tendidas de quienes salvan vidas en el mar, las de quienes ofrecen solidaridad en los centros de acogida, y los ojos llenos de vida y esperanza de los migrantes que quieren cambiar de vida y contribuir a las sociedades a las que se trasladan". Para el Papa, es necesario "ver la cooperación como la solución clave a los problemas globales".
    "Antes de hablar de los desafíos de los refugiados, nunca debemos olvidar que cada uno debe ser libre de elegir si emigra o no. Todos deberían tener la oportunidad de vivir una vida digna en su propio país", afirma el Papa.
    "Proteger y salvar vidas debe seguir siendo nuestra máxima prioridad. Hoy estamos abrumados por tantas noticias y estadísticas, y a menudo olvidamos que detrás de estos números hay rostros humanos, cada uno con su propia historia y sufrimiento. Cada número representa a uno de nuestros hermanos y hermanas que necesitan ayuda", agrega Según el Papa, "debe aplicarse el principio de la repatriación segura y voluntaria de aquellos que se ven obligados a huir" y "nadie debe ser repatriado a un país donde podría enfrentarse a graves condiciones humanas, violaciones de derechos o incluso la muerte". "Debemos reconocer que ser refugiado no debe ser una mera concesión de estatus, sino un reconocimiento de la plena dignidad humana que Dios nos ha dado. Como miembros de la misma familia humana, cada individuo merece tener un lugar al que llamar 'hogar', añade.
    Esto significa tener alimentos, acceso a la atención sanitaria y a la educación, y un trabajo decente. Pero también significa tener un lugar donde puedan ser comprendidos e incluidos, amados y cuidados, donde puedan participar y contribuir. Los refugiados son personas con derechos y obligaciones, no meros objetos de asistencia", enfatiza. "Reconociendo los progresos realizados y el trabajo que queda por hacer, nos encontramos en un momento crucial, es decir, elegir entre la cultura de la humanidad y de la fraternidad, o la cultura de la indiferencia", dice el Papa, que desea que el Foro de Ginebra pueda "ser un ejemplo de multilateralismo, pertinente para nuestro tiempo". El Papa concluye reiterando que es necesaria "una mayor cooperación internacional y un reparto de las cargas, aliviando así la presión sobre los países que acogen a refugiados".
    (ANSA).
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