Vaticano

Zuppi, preocupa la estabilidad de sistema país

En particular en las zonas que padecen crisis económica y social

El cardenal Matteo Zuppi (ANSA)

Redazione Ansa

(ANSA) - CIUDAD DEL VATICANO - El cardenal Matteo Zuppi presidente de la Conferencia Episcopal Italiana (CEI), dijo hoy que "es preocupante la estabilidad del sistema del país, en particular en aquellas zonas que desde hace tiempo padecen crisis económica y social, despoblación y falta de servicios".
    "Un marco institucional que pueda promover el desarrollo unitario, según los principios de solidaridad, subsidiariedad y cohesión social, no fracasa. En este frente, nuestra atención ha sido constante y permanecerá vigilante, conscientes de que el país no crecerá sin estar juntos", afirmó el cardenal, al abrir los trabajos del Consejo Permanente de la CEI.
    El CEI vuelve a pedir que se aplique la ley de cuidados paliativos.
    "Miramos con aprensión la cuestión del fin de la vida - afirmó Zuppi-. Todo enfermo, ya sea en condiciones crónicas o al final de su existencia terrena, debe ser siempre acompañado de una proximidad terapéutica, farmacológica y humana, que pueda aliviar su dolor físico e interior. Los cuidados paliativos, regidos por una buena ley pero aún ignorados, deben incrementarse y ponerse a disposición de todos sin ningún enfoque discrecional a nivel regional, porque representan una manera concreta de asegurar la dignidad hasta el final así como una alta expresión de amor por los demás".
    Para Zuppi "la plena aplicación de la ley sobre órdenes anticipadas de tratamiento es también una garantía adicional de dignidad y de alianza para proteger a la persona en su sufrimiento y fragilidad".
    Respecto a las elecciones europeas, Europa "vivirá en junio una gran oportunidad de participación popular para la renovación del Parlamento de Estrasburgo", subrayó el cardenal, relanzando el llamamiento de los obispos europeos.
    "El proyecto europeo de una Europa unida en la diversidad, fuerte, democrática, libre, pacífica, próspera y justa es un proyecto que compartimos y del que nos sentimos responsables.
    Todos estamos llamados a llevarlo adelante también expresando nuestro voto y responsablemente elegir a los eurodiputados que representarán nuestros valores y trabajarán por el bien común en el próximo Parlamento Europeo", agregó.
    Zuppi estuvo de acuerdo con las palabras del Papa Francisco sobre la guerra y destacó que "la vida es lo primero".
    "Las palabras del Santo Padre sobre la paz son todo menos ingenuas. Es un dolor doloroso y dramático - dijo el cardenal en la introducción al Consejo Permanente - que nunca podremos medir.
    Por eso comparó la actitud de la Iglesia con la de María bajo la cruz: "ella no puede acostumbrarse a las tinieblas y cree en la luz incluso cuando sólo hay tinieblas. La empatía y la piedad femenina prevalecen sobre todo, sobre cualquier evaluación, incluso si indispensable en relación con los agresores y los atacados, con el bien y el mal. La vida es lo primero. La Iglesia es madre y vive la guerra como una madre para quien el valor de la vida -subraya el arzobispo de Bolonia- es superior a razonamientos o alineamientos lejanos de esto".
    Por este motivo es necesario "encontrar un nuevo marco, un paradigma diferente, que involucre a la comunidad internacional para encontrar una paz justa y segura junto con las partes involucradas. Precisamente en este frente los Estados y los pueblos europeos, las instituciones de la Unión Europea ellos mismos, deben redescubrir su vocación original, basando las relaciones internacionales en la cooperación", concluyó el presidente de la CEI.
    "Necesitamos recomponer un clima de confianza y de esperanza en nuestra Iglesia, liberarnos de la amargura y hacer de ella un compromiso, un proyecto, una experiencia. La Iglesia puede y debe ser, viviendo así, signo de esperanza en la sociedad italiana", repitió Zuppi.
    "Hablamos y escribimos sobre la Iglesia, la de Italia, su futuro, las dificultades, los problemas", como la "disminución de relevancia y coherencia de la Iglesia. Para algunos es la prueba de elecciones equivocadas, para otros el efecto de las decisiones no tomadas, para otros, es una observación angustiada de las decisiones que se deben tomar. No tenemos miedo del debate", concluyó. (ANSA).
   

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