(ANSA) - CIUDAD DEL VATICANO, por Fausto Gasparroni - El Papa Francisco recibió hoy en el Vaticano a dos padres que perdieron a sus hijas, uno israelí y otro árabe, que son amigos y cuya historia está narrada en el libro Apeirogon, del escritor irlandés Column McCann.
"La paciencia es saber soportar los males y hoy aquí, en esta audiencia, hay dos personas, dos padres.
"Pensemos en el testimonio tan hermoso de estas dos personas que han padecido en sus hijas la guerra de Tierra Santa", prosiguió el Papa, que agradeció a los dos amigos, que estaban en la primera fila.
Los protagonistas de la historia son el israelí Rami Elhanan y el palestino Bassam Aramin, los dos padres que perdieron a una hija en el conflicto en curso en Tierra Santa y que fueron mencionados por el papa Francisco en la audiencia general.
Smadar, la hija de 14 años de Rami, fue asesinada por un atacante suicida palestino mientras estaba de compras con amigos en el centro de Jerusalén.
Abir, de 10 años, hija de Bassam, fue asesinada a tiros fuera de su escuela por un joven soldado israelí. La historia la cuenta el escritor McCann.
El Papa, antes de saludarlos públicamente en la audiencia general, se reunió en privado con Rami Elhanan y Bassam Aramin, el primero israelí y el segundo palestino, que perdieron a sus hijas: Smadar, hija de Rami Elhanan, fue víctima de un atentado en 1997 en Jerusalén; Abir, hija de Bassam Aramin, murió en 2007 por la bala de un soldado israelí cuando salía de la escuela.
"Los llevo en el corazón" y "estoy cerca de todos ustedes", les dijo a los "queridos fieles católicos esparcidos por todo el territorio de Tierra Santa: en particular a aquellos que, en estas circunstancias, sufren más dolorosamente", desde el drama absurdo de la guerra, "hasta los niños a los que se les niega un futuro, a los que lloran y sufren, a los que sienten angustia y desconcierto".
"Los llevo en el corazón" y "estoy cerca de todos ustedes", les dijo a los "queridos fieles católicos esparcidos por todo el territorio de Tierra Santa: en particular a aquellos que, en estas circunstancias, sufren más dolorosamente", desde el drama absurdo de la guerra, "hasta los niños a los que se les niega un futuro, a los que lloran y sufren, a los que sienten angustia y desconcierto".
"No están solos y no los dejaremos solos -añadió el Pontífice-; permaneceremos solidarios con ustedes mediante la oración y la caridad activa, esperando poder volver pronto a ustedes como peregrinos, para miraros a los ojos y abrazarlos, para partir el pan de la fraternidad y contemplar esos brotes de esperanza nacidos de sus semillas, esparcidos con dolor y cultivados con paciencia".
Y también en la audiencia el Papa reiteró: "Que el Señor nos dé la paz a todos como regalo de su Pascua". (ANSA).
El Papa recibe a un árabe y a un israelí que perdieron a sus hijas
"Los dos llevan la misma cruz", declaró el Pontífice