Vaticano

Papa: ante el sufrimiento, compasión e inclusión

Pide evitar el tabú "de eso no se habla" frente al sufrimiento

Pope Francis' weekly general audience at the Vatican

Redazione Ansa

(ANSA) CIUDAD DEL VATICANO - Un error que se comete frente a una persona que sufre es reducir su sufrimiento a "un tabú del que es mejor no hablar", tal vez porque daña "esa imagen de eficiencia a toda costa, útil para vender y ganar dinero", advierte el Papa Francisco.
    Para el Pontífice, esto "ciertamente no es una solución", como lo afirmó claramente durante la audiencia a los participantes de la asamblea plenaria de la Pontificia Comisión Bíblica, reunida sobre el tema "La enfermedad y el sufrimiento en la Biblia".
    El sufrimiento y la enfermedad, afirma Francisco, "son adversarios a enfrentar, pero es importante hacerlo de manera 'digna' del hombre", es decir, ayudando a vivirlos "en relación", evitando que el instinto humano de rebelarse "se transforme en aislamiento, abandono o desesperación".
    En la experiencia cristiana, no es raro, destaca el Papa, que el "tamiz del sufrimiento", por ejemplo cuando uno vive una enfermedad, pueda hacer madurar a una persona y discernir "lo que es esencial de lo que no lo es".
    Y dos, sostiene Francisco, son las "palabras decisivas" a tener en cuenta: compasión e inclusión.
    "Jesús no explica el sufrimiento, pero se inclina hacia los que sufren", subraya. "No se acerca al dolor con ánimos genéricos y consuelos estériles, sino que acoge su drama, dejándose tocar por él".
    La misma Biblia, dice el Papa, "es esclarecedora en este sentido: no nos deja un manual de buenas palabras o un recetario de sentimientos, sino que nos muestra rostros, encuentros e historias concretas, como la de Job. Cristo va más allá, cuando en el Calvario carga con todo el mal del mundo, el supremo ejemplo de esta cercanía al ser humano".
    De la compasión a la inclusión, el paso es directo. Como Jesús, que se acerca a quien sea que necesite ayuda lo que, señala Francisco, "conduce a actitudes de compartir", como lo hace el Buen Samaritano.
    "A través de la experiencia del sufrimiento y la enfermedad, nosotros, como Iglesia, estamos llamados a caminar juntos con todos, en la solidaridad cristiana y humana, abriendo, en nombre de la común fragilidad, oportunidades de diálogo y esperanza", agrega.
    Francisco concluye destacando que "la Palabra de Dios es un poderoso antídoto contra cualquier cierre, abstracción e ideologización de la fe". (ANSA).
   

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