Vaticano

La Santa Sede endurece la postura sobre apariciones

Nuevas normas serán presentadas el 17 de mayo

El papa Francisco.

Redazione Ansa

Tendrán un sentido más "riguroso" las nuevas normas que serán adoptadas en breve por el Vaticano y, en particular, por el Dicasterio para la Doctrina de la Fe", para discernir "sobre apariciones y otros fenómenos sobrenaturales".
    Eso es lo que se filtró de los ambientes del Vaticano luego del anuncio, hoy, de la Santa Sede acerca de que las nuevas reglas para evaluar la veracidad y efectiva sobrenaturalidad de los fenómenos, que serán difundidas el viernes 17 de mayo.
    Ese día, además, serán presentadas en una conferencia de prensa en el Vaticano por el cardenal Víctor Manuel Fernández, prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, teólogo de confianza del papa Francisco, y de monseñor Armando Matteo, secretario del mismo organismo.
    Un endurecimiento de los criterios de examen, análisis y eventuales aceptaciones o rechazos de los casos, en los que no puede dejar de haber tenido cierta influencia el clamor mediático por las poco controvertidas visiones marianas de Trevignano.
    Pero, ciertamente no faltan, tanto en Italia como en otros lugares, casos de supuestos videntes, de Vírgenes llorando, en su mayor parte sangre, de apariciones de diversos tipos, a menudo capaces de abrir una brecha en la credulidad de muchos fieles.
    Y la Santa Sede sopesa el deber de resguardarse, fijando puntos bien precisos para "discernir" sobre fenómenos, poniendo en guardia tanto a la base de los devotos como a los pastores eventualmente comprometidos en el contorno de casos más o menos misteriosos y que se querrían sobrenaturales.
    El pontificado del papa Francisco, entre otras cosas, se caracterizó por no poca severidad aún en eventos célebres y de enorme atractivo devocional como los del Medjugorje ("la Virgen no es una empleada del Correo"), repitió Bergoglio sobre las presuntas visiones a intervalos y horarios fijos): el mismo informe de la Comisión Ruini sobre apariciones en la ciudad bosnia -que evaluaban positivamente en la primera fase, expresando luego escepticismo acerca de ciertas evoluciones por "negocios"- no fueron nunca publicadas, incluso si el pontífice quiso salvaguardar Medjugorje en el pllano pastoral, como lugar de plegaria y conversiones, a más meta de millones de peregrinos cada año.
    Sobre el caso de Trevignano se pronunció ya dos meses atrás el obispo de Civita Castellana, monseñor Marco Salvi, hablando de falsedad, perjurio, testimonios no concordantes, "errores doctrinales", falta de fiabilidad surgida de las pericias psiquiátricas, y también de la sospecha de actividades de "lucro".
    Por todo esto, el resultado de los trabajos de una comisión de investigación, desautorizando definitivamente el fenómeno específico y su promotora, la "santona" Gisella Cardia, y proclamando por decreto que en Trevignano no existieron apariciones. (ANSA).
   

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