Vaticano

16 monjas de clausura españolas quieren dejar la Iglesia

Decisión motivada por operación de compraventa de conventos

Algunas de las monjas que se rebelaron contra la Iglesia.

Redazione Ansa

(ANSA) - MADRID 14 MAY - Dieciséis monjas clarisas de clausura anunciaron su disposición a abandonar la disciplina del Vaticano en un comunicado en el que acusan a los papas posteriores a Pio XII de herejía, decisión que tiene su origen en una operación de compraventa de conventos.
    La comunidad religiosa de Clarisas de Belorado en Burgos y Orduña (Vizcaya) decidió abandonar la Iglesia Católica para pasar a estar bajo la tutela y jurisdicción de Pablo de Rojas Sánchez-Franco y su llamada Pía Unión Santi Pauli Apostoli, que no está en comunión con Roma y cuyo fundador fue excomulgado en 2019.
    El arzobispo de Burgos, Mario Iceta, que precisamente excomulgó a Sanchez-Franco hace cinco años, puso en conocimiento de la Santa Sede la intención de esta comunidad de religiosas de abandonar la Iglesia.
    En el comunicado, sor Isabel de la Trinidad, la abadesa de esta comunidad formada por 16 monjas, reconoce como último pontífice válido a Pio XII y acusa a los papas posteriores de herejía.
    Las Clarisas de Belorado son conocidas por elaborar chocolates y trufas, estas solicitadas por algunos de los mejores chefs españoles y que ellas mismas han promocionado en el congreso gastronómico Madrid Fusión.
    El origen de su decisión está en una compraventa de propiedades.
    Las monjas quieren vender un convento que tienen en propiedad en Dario (Vizcaya), que está vacío, y con el dinero de la venta pretenden comprar el monasterio de Orduña.
    El monasterio pertenece a la Diócesis de Vitoria, con la que tenían un acuerdo de compraventa.
    Roma, según dice la comunidad religiosa, bloqueó su petición para vender el convento.
    Plantearon entonces como alternativa que un comprador ajeno a la orden abonara un millón de euros que queda pendiente para la compra del monasterio de Orduña para que cuando pudieran devolver el dinero el benefactor transfiriera el convento a las Clarisas.
    Pero la operación no se cerró debido a las dudas de la Diócesis sobre la identidad del comprador y se rescindió el acuerdo de compraventa por parte de la Diócesis de Vitoria.
    La comunidad religiosa exigió una indemnización de 1,6 millones de euros por supuestas obras realizadas, reclamación que llegó a los tribunales.
    Iceta, que está a la espera de recibir indicaciones de la Santa Sede, advirtió de que si las monjas "confirman y persisten" en su rebeldía, serán acusadas de un delito de cisma, según el Código de Derecho Canónigo, que puede conllevar su excomunión.
    Mientras tanto, exhortó a los fieles a que se abstengan de participar en ningún acto litúrgico en el Monasterio de Santa Clara de Belgrado.
    Las religiosas mantienen silencio y ayer los fieles se encontraron cerrada la puerta del monasterio de Santa Clara cuando acudieron a la misa de las 6 de la tarde.
    El despacho de obrador también apareció cerrado. (ANSA).
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