(ANSA) - CIUDAD DEL VATICANO, 19 MAG - En la solemnidad de
Pentecostés, más que un nuevo llamamiento por la paz, es una
oración que el Papa Francisco eleva por el fin de todas las
guerras.
"Que el Espíritu conduzca a los líderes de las naciones y a
todos nosotros a abrir las puertas de la paz", invoca durante la
recitación del Regina Caeli.
"Que dé a los gobernantes el valor de realizar gestos de
diálogo que conduzcan al fin de las guerras", afirma el
Pontífice, reflexionando tanto sobre Oriente Medio como sobre
los últimos acontecimientos en Ucrania, especialmente en el
frente de Járkov.
"Las numerosas guerras de hoy: pensemos en Ucrania -mi
pensamiento se dirige en particular a la ciudad de Járkov, que
sufrió un ataque hace dos días-; pensemos en Tierra Santa,
Palestina, Israel; pensemos en los numerosos lugares donde hay
guerras", insta.
Según Francisco, "el Espíritu Santo es quien crea la
armonía, ¡la armonía! Y la crea a partir de realidades
diferentes, a veces incluso conflictivas".
"Hoy, fiesta de Pentecostés - exhorta -, oremos al Espíritu
Santo, Amor del Padre y del Hijo, para crear armonía en los
corazones, armonía en las familias, armonía en la sociedad,
armonía en el mundo entero". Y "que el Espíritu aumente la
comunión y la fraternidad entre cristianos de diferentes
confesiones", prosigue.
También en la misa de Pentecostés en San Pedro, el Papa
recuerda la acción del Espíritu para decir que "no nos rendimos
a la fuerza del mundo, pero seguimos hablando de paz a quienes
quieren la guerra, para hablar de perdón a quienes siembran
venganza, para hablar de acogida y solidaridad con quienes
cierran puertas y levantan barreras".
"Hablar de vida a quien elige la muerte, hablar de respeto a
quien ama humillar, insultar y descartar, hablar de lealtad a
quien rechaza cualquier vínculo, confundiendo la libertad con un
individualismo superficial, opaco y vacío", agrega.
"Sin dejarnos intimidar por las dificultades, ni por las
burlas, ni por las oposiciones - anima - que, hoy como ayer,
nunca faltan en la vida apostólica".
"Y al mismo tiempo que actuamos con esta fuerza - añade -,
nuestro anuncio quiere ser amable, acoger a todos. No lo
olvidemos: todos, todos, todos".
Mientras tanto, ayer, mientras el Papa participaba en el
Arena de la Paz de Verona, donde ante 12.500 personas de pie y
aplaudiendo abrazaba al israelí Maoz Inon y al palestino Aziz
Sarah, ahora amigos y colaboradores después de perder a sus
padres, respectivamente, a manos de Hamás y su hermano
asesinados por el ejército de Israel, uno de sus mensajes fue
leído en las ceremonias por el 80 aniversario de la batalla de
Montecassino.
"¡Basta de guerra! ¡Nunca más la locura de la guerra, de la
agresión, del odio y el desprecio al prójimo!", afirma.
"¡Que reine la paz! Miren la inscripción grabada sobre la
entrada de la Abadía de Montecassino: ¡Pax! Que esta sea la
principal intención de su oración de hoy, a la que también deseo
unirme. Mientras rezo por los caídos, rezo con mucho más fervor
por la paz", concluye. (ANSA).
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El Papa pide a gobernantes abrir puertas de paz
"Gestos de diálogo que pongan fin a las guerras"