(ANSA) - CIUDAD DEL VATICANO, 26 GIU - Ayer por la mañana, en
Casa Santa Marta, el Papa Francisco tuvo un encuentro privado
con algunos sacerdotes alemanes que en el pasado fueron víctimas
de abusos por parte de otros sacerdotes.
Uno de ellos, el padre Mathias Wuensche, ha vivido durante
45 años su dilema interior: la profunda vocación de servir a la
Iglesia y la herida del abuso sufrido dentro de esa misma
Iglesia cuando aún era menor de edad, por parte de otro
sacerdote.
A pesar de esto, esto no le impidió seguir posteriormente la
llamada a convertirse él mismo en sacerdote. Esta es una
historia compartida por el padre Mathias y otros sacerdotes, y
que presentaron ayer al Pontífice.
"Soy un sacerdote de 63 años y fui abusado por otro
sacerdote hace 45 años. Todavía sufro hoy", relata el padre
Mathias de la Diócesis de Bamberg, a Radio Vaticana - Vatican
News.
"El Santo Padre nos dijo que este es el lado oscuro de la
Iglesia. Yo sigo siendo el mismo, hoy soy sacerdote y esto es un
gran dilema para mí", explica, y destaca la cercanía mostrada
por el Papa: "El Santo Padre estaba muy consciente, eso es un
consuelo".
"Nosotros, como víctimas de abuso, tenemos una dignidad que
no queremos olvidar, y el Papa también nos lo ha reiterado con
fuerza", añade el padre Mathias.
"Como sacerdotes que han sufrido abusos, nos encontramos en
una situación difícil dentro de la Iglesia. Idealmente,
deberíamos ser invisibles porque recordamos constantemente este
problema", se hace eco el padre Liudger Gottschlich, de la
arquidiócesis de Paderborn, también víctima de abuso por parte
de un sacerdote cuando tenía 11 años, y actualmente involucrado
en la pastoral para personas que han sufrido violencia.
En Alemania, explica, muchas personas abandonan la Iglesia
debido a este problema.
Algunos de estos sacerdotes ya habían encontrado al Papa en
mayo del año pasado, cuando, junto con un grupo de unas quince
personas, incluidos ancianos y jóvenes, participaron en una
"peregrinación" en bicicleta que partió de Múnich y terminó en
la audiencia general en la Plaza de San Pedro.
Una iniciativa apoyada por la Arquidiócesis de Múnich y
Freising, con el objetivo de solicitar un mayor compromiso
contra los abusos sexuales, para que la Iglesia sea "un lugar
seguro" para todos. Este objetivo fue reiterado en una carta que
el grupo entregó al final de la audiencia al Papa.
El encuentro de ayer con Francisco, continúa Gottschlich, se
desarrolló en un "ambiente especial" de cercanía y sinceridad.
"Esta conversación con el Papa fue diferente... muy íntima,
muy familiar. La encontramos muy alentadora y fortalecedora".
Francisco alentó el trabajo con las personas afectadas: "Nos
animó fuertemente a convertir nuestras heridas en fructíferas
para el trabajo pastoral y a buscar, en la medida de lo posible,
tener un efecto sanador. Nos animó muchísimo en esto. Al mismo
tiempo, este encuentro demostró una vez más que no debemos
callar, sino mantener vivo este tema en la Iglesia", afirman.
Los padres Mathias, Liudger y los demás sienten que deben
hacer un llamado: "No tengan miedo de acercarse a las personas
víctimas de abusos. Creo que este es el mayor problema, que las
personas que se abren y dicen que han sido abusadas generan
ansiedad. ¿Cómo manejar esto? ¿Qué hacer?".
El riesgo, concluyen, es volver a herir a las víctimas, que
terminan sintiéndose aún más "solitarias y abandonadas". En
cambio, es importante preguntar: "¿Qué necesitas?" (ANSA).
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Papa recibió a sacerdotes víctimas de abusos
Encuentro privado en Santa Marta con un grupo de alemanes.