Vaticano

La Iglesia y la sociedad deben tener sus puertas abiertas

Lo dijo el Pontífice con motivo de la solemnidad de santos Pedro y Pablo

El papa Francisco.

Redazione Ansa

En vísperas del año jubilar, el papa Francisco pidió hoy poner el foco en "la imagen de la puerta", y eso porque el Jubileo "será un tiempo de gracia en el que abriremos la Puerta Santa, para que todos puedan cruzar el umbral de ese santuario viviente que es Jesús y con él vivir la experiencia del amor de Dios que revitaliza la esperanza y renueva la alegría".
    "Y también en la historia de Pedro y Pablo hay puertas que se abren", aseveró el argentino Jorge Mario Bergoglio.
    Así lo afirmó Francisco durante la misa en la Basílica Vaticana con motivo de la solemnidad de los santos Pedro y Pablo, celebrada tras la bendición de los palios para los nuevos arzobispos metropolitanos.
    "Los dos apóstoles Pedro y Pablo vivieron esta experiencia de gracia -dijo en la homilía-. Experimentaron de primera mano la obra de Dios, que les abrió las puertas de su prisión interior y también de las verdaderas cárceles donde estaban encerrados. Y, además, les abrió las puertas de la evangelización, para que pudieran experimentar la alegría del encuentro con los hermanos y hermanas de las comunidades nacientes y llevar a todos la esperanza del Evangelio".
    "Mientras tanto nos estamos preparando para abrir la Puerta Santa este año", añadió el Pontífice.
    "Hoy reciben el Palio los arzobispos metropolitanos nombrados el año pasado. En comunión con Pedro y siguiendo el ejemplo de Cristo, puerta de las ovejas, están llamados a ser pastores entusiastas, que abren las puertas del Evangelio y quienes, con su ministerio, contribuyen a la construcción de una Iglesia y una sociedad de puertas abiertas".
    "Y con afecto fraterno saludo a la Delegación del Patriarcado Ecuménico - concluyó -: gracias por haber venido a expresar el deseo común de una plena comunión entre nuestras Iglesias. Y envío un saludo fraterno al querido hermano Bartolomé".
    "Saludo de manera particular a los romanos", manifestó hoy el Papa en el Ángelus, en la solemnidad de los santos apóstoles Pedro y Pablo, patronos de Roma.
    "Hoy quisiera que mi saludo llegue a todos los habitantes de Roma, absolutamente a todos, junto con mi oración por las familias, especialmente por las que más luchan, por los ancianos, por los más solos, por los enfermos, presos y aquellos que se encuentran en dificultades por diversas razones".
    "Deseo que todos experimenten a Pedro y a Pablo -prosiguió el Pontífice-: es decir, que el amor de Jesucristo salva la vida y nos empuja a darla, nos empuja a darla con alegría y gratuitamente".
    "La vida no está en venta", concluyó. (ANSA).
   

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