(ANSA) - CIUDAD DEL VATICANO, 30 GIU - Ser católicos de fe
comprobada, casados por la Iglesia, prohibición absoluta de
tatuajes y piercings y respeto al "secreto y confidencialidad"
son algunas de las reglas que debe cumplir un empleado de la
Fábrica de San Pedro, según el nuevo reglamento emitido el
sábado junto con el Estatuto de la institución vaticana.
La Fábrica de San Pedro es un ente creado expresamente para
la gestión del conjunto de las obras necesarias para la
realización arquitectónica y artística de la Basílica de San
Pedro en el Vaticano.
Las normas también exigen comportamiento general digno y
"adecuado al carácter de un empleado de una organización
vinculada a la Santa Sede".
Normas estrictas, algunas de las cuales son difíciles de
comprender para los observadores legos, son aquellas a las que
están sometidos los "sampietrini", es decir, los trabajadores
históricos que siempre han sido responsables del mantenimiento
del lugar de culto, y con ellos los empleados y directivos
contratados en los distintos niveles de la Fabrica, órgano
administrativo nacido con la propia basílica vaticana.
Entre los "requisitos generales" para la contratación se
señalan: "profesar la fe católica y vivir según sus principios";
"certificado de compromiso religioso, moral y civil expedido por
el respectivo párroco u otra autoridad religiosa" y "para
personas casadas, acta canónica de matrimonio".
Al ser nombrado o contratado, el empleado debe emitir "la
profesión de fe y prestar juramento de lealtad y observancia del
secreto oficial".
El reglamento también establece reglas precisas de conducta
y prohibiciones cuya violación conlleva sanciones disciplinarias
que pueden llegar a la suspensión, la exoneración y el despido.
El personal de la Fabrica "se compromete a observar una
conducta religiosa y moral ejemplar, también en la vida privada
y familiar, conforme a la doctrina de la Iglesia" y "debe
también tener una conducta educada en el servicio, respetuosa
del lugar sagrado y correcta en el hacia los demás y el medio
ambiente". Naturalmente "tiene el deber de realizar su trabajo
con diligencia, rigor, sentido de responsabilidad y espíritu de
plena colaboración".
Reglas también de "decoro": "Están prohibidos los tatuajes
visibles en la piel y los elementos de perforación corporal".
Sin embargo, en lo que respecta al "secreto y la
confidencialidad", las normas obligatorias ponen de relieve el
temor a posibles "cuervos" y filtraciones de información, como
ya ocurrió en la época de los tristemente célebres "Vatileaks":
los empleados "no pueden dar información sobre documentos a
nadie que "no tiene derecho a ello" o a noticias de las que haya
tenido conocimiento debido a su trabajo o servicio", mientras
que el "secreto pontificio" será observado "con especial
cuidado".
Además, "sin la autorización previa del Presidente, nadie
podrá emitir declaraciones y entrevistas, incluso a través de
herramientas y plataformas digitales, que afecten a las
personas, actividades, entornos y orientaciones de la Fábrica".
Ni que decir tiene que también está prohibido "sustraer
documentos originales, fotocopias, copias electrónicas u otro
material de archivo y trabajo" y "utilizar indebidamente sellos
y membretes de oficina".
Finalmente, está prohibido "utilizar materiales, programas
informáticos, herramientas y equipos propiedad de la Fábrica con
fines privados", así como "recibir en su oficina a extraños sin
permiso".
Por último, pero no menos importante, las prohibiciones de
"unirse a instituciones o asociaciones cuyos fines no sean
compatibles con la doctrina y disciplina de la Iglesia o en
cualquier caso participar en sus actividades", y de "realizar
actividades o participar en eventos que no estén en de
conformidad" con el ser empleado por un organismo del Vaticano.
(ANSA).
Leggi l'articolo completo su ANSA.it
Empleados católicos, sin tatuajes ni piercing en la Fábrica San Pedro
Las nuevas reglas incluyen obligación de 'confidencialidad'