"Me gusta preguntar esto, porque es preguntar por el futuro de vuestra congregación", añadió.
"Están representados distintos institutos y órdenes religiosas de diversas fundaciones, cuyos orígenes van desde el siglo XVI al XX: Mínimos, Clérigos Regulares Menores, Hermanas Agustinas del Divino Amor, Clérigos de San Viator, Hermanas Reparadoras del Sagrado Corazón y Misioneras de San Antonio María Claret, en tu variedad son la imagen viva del misterio de la Iglesia", dijo el Papa Francisco.
Luego el Pontífice invitó a los frailes y a las monjas, comprometidos en sus trabajos capitulares, a "recoger el testigo" de sus fundadores. "A ustedes les toca tomarlo y seguir adelante, y continuar como ellos, buscando y sembrando la belleza de Cristo en la concreción de los pliegues de la historia", enfatizó Jorge Bergoglio.
Luego el Papa los invitó a la "sencillez", "despojándose de todo lo que no es útil o que puede obstaculizar la escucha y el acuerdo en el proceso de discernimiento; despojándose de cálculos, de ambiciones". "Pero la ambición, por favor, es una plaga en vida consagrada; cuidado con esto: es una plaga; la envidia es mala en la vida comunitaria; me gusta ver la envidia como la 'enfermedad amarilla', una cosa mala; también la exigencia, la rigidez y cualquier otra mala tentación de uno mismo, son malas. Deben leer juntos, con sabiduría, el presente para captar los signos de los tiempos y tomar las mejores decisiones para el futuro", amplió.
"Oren por las vocaciones. Es necesario que tengan sucesores que lleven adelante el carisma. Oren, oren. Y tengan cuidado en la formación: que sea una buena formación", concluyó el Papa.
(ANSA).
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