Vaticano

Singapur, última etapa de una gira histórica por Asia y Oceanía

Balance muy positivo, entre Iglesias jóvenes y otros cultos.

Francisco a su llegada a Singapur.

Redazione Ansa

(ANSA) - SINGAPUR, 11 SET - Después de haber dejado Timor Oriental, el papa Francisco llegó hoy a Singapur, su última etapa en el largo viaje por Asia y Oceanía, que también ha tocado Indonesia y Papúa Nueva Guinea.
    En la ciudad-estado insular de seis millones de habitantes (se desarrolla en un archipiélago de 58 islas), en el extremo sur de la Península Malaya, el papa Francisco concluye un recorrido de 12 días que hasta ahora puede presumir de un balance entusiasta, en su itinerario entre iglesias jóvenes de gran vitalidad —aunque tan periféricas y "de frontera"— y relaciones con otras religiones con las que fortalecer los lazos: en particular, el Islam indonesio, la religión dominante —pero extremadamente tolerante— en el país con más musulmanes en el mundo.
    Es precisamente la diversidad social y cultural de los cuatro países distribuidos entre el sudeste asiático y el Pacífico lo que hace que este viaje de Bergoglio —el más largo de su pontificado, que está confirmando, a su avanzada edad de 87 años, su capacidad para soportar fatigas y largos desplazamientos— sea uno de los más importantes y prometedores para el futuro.
    En la Indonesia multiétnica, donde rige la visión de la "unidad en la diversidad", el Papa ha firmado importantes acuerdos en el ámbito del diálogo interreligioso, suscribiendo junto al gran imán de la Mezquita Istiqlal —por cierto, conectada con la catedral católica por el "túnel de la amistad"— una "declaración conjunta" que consolida el proceso iniciado en Abu Dabi con el Documento sobre la Tolerancia Humana co-firmado con el gran imán de Al-Azhar.
    Una declaración, la de Yakarta, que compromete a las religiones a aislar los extremismos y fundamentalismos, a no fomentar guerras, odios y divisiones, y a convertirse en instrumentos para derrotar juntos la "cultura de la violencia".
    En Papúa Nueva Guinea, un país mayoritariamente cristiano donde los católicos representan el 30%, además del llamado global de "paz para las naciones y también para la creación" —en referencia a la salvaguardia del planeta ante la crisis climática y la explotación desmedida de los recursos—, también tuvo lugar la conmovedora visita a la realidad indígena y tribal de Vanimo, en la selva tropical del norte, para apoyar la labor de los misioneros ya conocidos por Francisco y de una ejemplar abnegación, representantes de una Iglesia que no podría ser más pobre.
    En la pequeña Timor Oriental, una excolonia portuguesa independiente desde 2002 después de la larga guerra de liberación contra el ocupante indonesio, el abrazo coral de un catolicismo que tiene el porcentaje más alto del mundo —el 98% de la población— y las 600 mil personas que asistieron a la misa en la explanada de Taci Tolu, casi la mitad de los habitantes de todo el país.
    Precisamente el proceso de paz y reconciliación, y de "purificación de la memoria", que se ha promovido fuertemente con Indonesia, ha sido erigido por el Papa aquí como un ejemplo a seguir para todos los países en conflicto en el mundo.
    En Singapur, el Papa llega al cuarto principal centro financiero del mundo, una de las principales ciudades cosmopolitas, con un papel crucial en el comercio internacional y las finanzas.
    Una metrópoli donde a la tecnología orientada hacia el futuro, las construcciones futuristas y la mayor concentración de millonarios, se le suma una larga historia de inmigración y una población variada, con personas incluso bajo el umbral de pobreza: predominantemente chinos (74%), malayos, indios y otros descendientes de asiáticos y europeos. El 42% de la población es extranjera, presente aquí por trabajo o estudio. Los trabajadores extranjeros constituyen el 50% del sector de servicios.
    Mañana por la mañana, el Papa realizará su visita de cortesía al presidente de la República, Tharman Shanmugaratnam, se reunirá con el primer ministro Lawrence Wong, y luego con las autoridades y la sociedad civil del país.
    Por la tarde, la misa en el estadio nacional, donde se esperan unos 55 mil fieles. Se verá si también aquí, como sucedió en Mongolia hace un año, habrá peregrinos de la China continental. Se asegura la presencia de grupos y prelados de Hong Kong.
    El viernes, antes de partir hacia Roma, tendrá lugar el encuentro privado con los obispos y el clero en el Centro de retiros San Francisco Javier, donde se aloja, la visita a ancianos y enfermos asistidos por las hermanas de la Madre Teresa y el encuentro interreligioso con los jóvenes. (ANSA).
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