Así lo informó la oficina de prensa del Vaticano este lunes.
"Dilexit nos" será la cuarta encíclica del Papa Francisco, después de "Lumen Fidei" (2013), "Laudato si" (2015) y "Fratelli Tutti" (2020). El objetivo es hablar a "un mundo que parece haber perdido el corazón", como dijo el propio Pontífice hace unos meses al hablar de este documento.
Francisco vuelve así a ofrecer un documento a la Iglesia y al mundo: esta vez el amor está en el centro de atención en un contexto dramático en el que parecen prevalecer los conflictos, las desigualdades y las heridas a la dignidad del hombre y de la tierra.
El Papa, que en estos días se encuentra en pleno trabajo del Sínodo y que se prepara para el Jubileo de 2025, da también, con esta nueva encíclica, la señal de que su pontificado todavía tiene mensajes fuertes que dar. Fue el propio Bergoglio quien anunció el texto sobre el Sagrado Corazón en la audiencia general del 5 de junio de este año.
"Estamos atravesando este mes - dijo, refiriéndose precisamente al mes de junio - dedicado al Sagrado Corazón. El 27 de diciembre del año pasado se cumplieron 350 años de la primera manifestación del Sagrado Corazón de Jesús en Santa Margarita María Alacoque. En esa ocasión se inició un período de celebraciones que culminará el 27 de junio del próximo año con las preciosas reflexiones de los textos magistrales anteriores y de una larga historia que se remonta a las Sagradas Escrituras, para proponer nuevamente hoy, a toda la Iglesia, este culto lleno de belleza espiritual".
"Creo que nos hará mucho bien meditar sobre los diversos aspectos del amor del Señor que puede iluminar el camino de renovación eclesial; que también puedan decir algo significativo a un mundo que parece haber perdido el corazón", subrayó el Pontífice.
La encíclica será presentada a la prensa el jueves 24 de octubre de 2024, por monseñor Bruno Forte, teólogo, arzobispo de Chieti-Vasto, y sor Antonella Fraccaro, directora general de las Discípulas del Evangelio.
La devoción al Sagrado Corazón nació en 1673 cuando Sor Margherita María Alacoque, nacida en Borgoña en 1647, "comenzó a recibir visitas de Jesús que le pedía que tuviera particular devoción a su Sagrado Corazón". Jesús se apareció a la monja durante 17 años y prometió que quien comulgue durante nueve meses consecutivos el primer viernes de cada mes recibirá el don de la penitencia final, es decir, de morir recibiendo los sacramentos y en ausencia de pecado también pide apelar al Rey de Francia Luis XIV para consagrar el país al Sagrado Corazón, pero el Santo no recibe respuesta del soberano".
Margarita María murió el 17 de octubre de 1690; gracias a ella, entre 1875 y 1914 se construyó en el barrio parisino de Montmartre un santuario dedicado al Sagrado Corazón, consagrado en 1919. Beatificada por Pío IX en 1864, fue canonizada por Benedicto XV en 1920.
El Sagrado Corazón de Jesús es una devoción católica referida al corazón de Jesucristo, como un símbolo de amor divino. La devoción al Sagrado Corazón tuvo su origen en una corriente mística centrada en la persona de Jesucristo, que concebía el corazón como centro vital y expresión de su entrega y amor total.
En tal sentido, la devoción al Sagrado Corazón se refiere en particular a los sentimientos de Jesús, y en especial a su amor, según lo resume el Evangelio de San Juan.
Justamente, a través de los jesuitas (el Papa es de ese orden), el culto y devoción al Sagrado Corazón llega a España (y a la América española).
Para la Iglesia católica, una encíclica papal es, en el sentido más estricto, una carta (generalmente sobre algún aspecto de la doctrina católica) enviada por el papa y dirigida por este a los obispos católicos de un área en particular o, más frecuentemente, a los obispos del mundo.
Sin embargo, la forma de la dirección puede variar ampliamente, y a menudo se designa a un público más amplio. Las encíclicas papales suelen adoptar la forma de un breve del Papa debido a su carácter más personal en oposición a la bula papal formal. Las encíclicas papales son tan famosas que el término encíclica se usa casi exclusivamente para las enviadas por el sumo pontífice. El título de la encíclica es normalmente tomado de sus primeras palabras en latín.
En el catolicismo, en los últimos tiempos, una encíclica se utiliza generalmente para cuestiones importantes, y es el segundo documento más relevante emitido por los papas, después de la Constitución Apostólica. León XII (1878-1903) fue el papa que más encíclicas emitió con 86; Juan XXIII realizó 8, Pablo VI, 7; Juan Pablo II sumó 14 y Benedicto XVI llegó a tres. (ANSA).
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