Este es el nuevo llamamiento por la paz lanzado por el Papa Francisco al final de la audiencia general de hoy.
Francisco abrió la audiencia general en la Plaza San Pedro pidiendo oraciones por "Valencia, que tanto sufre". El Pontífice rindió homenaje con una rosa blanca a la imagen de la Virgen, patrona de Valencia, "que cuida de los pobres".
"Es una figura que me regalaron los mismos valencianos", dijo refiriéndose a la pequeña estatua. "Recemos por Valencia y por otras zonas de España que sufren por el agua", pidió el Papa a los fieles presentes en la Plaza.
Justamente durante la audiencia, Francisco dedicó la catequesis a la oración, y advirtió que "la oración cristiana no es el hombre hablando desde un extremo del teléfono a Dios en el otro extremo, no, ¡es Dios rezando en nosotros! Oramos a Dios a través de Dios".
"¿Saben una cosa? Dios no sabe mucha gramática y cuando pedimos perdón no nos deja terminar la palabra, él nos perdona primero, nos perdona siempre", "decimos per ... y él ya nos ha perdonado", añadió el Papa.
El Pontífice pidió a los fieles que "recen por todos, incluso por la suegra. Cuando todos rezan por todos, a oración se multiplica, como decía San Ambrosio", recordó, "pero no recen como loros, bla, bla, bla, recen con el corazón".
Por otra parte, el Papa se refirió también al Jubileo de 2025 en el prefacio del libro "La esperanza e suna luz en la noche", una antología de meditaciones suyas publicada por la Lilbrería Editrice Vaticana.
"El Jubileo de 2025, Año Santo, que he querido dedicar al tema 'Peregrinos de la esperanza', es una ocasión propicia para reflexionar sobre esta virtud cristiana fundamental y decisiva.
Sobre todo en tiempos como los que estamos viviendo, en los que la tercera guerra mundial en pedazos que se desarrolla ante nuestros ojos puede llevarnos a asumir actitudes de sombrío desaliento y de mal disimulado cinismo", escribe Francisco.
Por el contrario, "la esperanza es un don y una tarea para todo cristiano. Es un don porque es Dios quien nos la ofrece.
Tener esperanza, en efecto, no es un mero acto de optimismo, como cuando a veces esperamos aprobar un examen en la universidad ("Esperemos que lo consigamos") o esperamos que haga buen tiempo para salir de viaje un domingo de primavera ("Esperemos que haga buen tiempo"). No, esperar es aguardar algo que ya se nos ha dado: la salvación en el amor eterno e infinito de Dios", subraya el Papa Francisco. (ANSA).
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