"Si miramos a nuestro alrededor, pueden surgir en nosotros preguntas inquietantes.
Les insta también a no dejarse contagiar "por el deseo - tan extendido hoy en día - de ser vistos, aprobados y elogiados".
"Su dignidad no está en venta. ¡No se puede vender! Tengan cuidado - advierte -. Pero Dios los ama tal como son, no como aparentan".
E insistió: "¡No se conformen con ser 'estrellas por un día', estrellas en las redes sociales o en cualquier otro contexto!".
"No maquillen su alma, no maquillen su corazón; sé como son: sinceros, transparentes", sostuvo.
Para el Papa, "no es el consenso lo que salva al mundo, ni lo que nos hace felices. Lo que salva al mundo es la gratuidad del amor. Y el amor no se compra, no se vende: es gratis, es entrega de sí mismos".
Y "no es cierto que la historia la hagan los violentos, los bravucones, los soberbios. Muchos males que nos afligen son obra del hombre, engaños del Maligno, pero todo está sometido, al final, al juicio de Dios", afirmó.
Al final de la misa, los jóvenes portugueses de Lisboa 2023 pasaron el "testigo" de la JMJ, entregando la Cruz y el icono de la Salus Populi romana a los jóvenes coreanos de Seúl 2027. Los símbolos de la Jornada Mundial de la Juventud, por tanto, emprenden su peregrinación hacia Corea del Sur. Y en el Angelus, aparecieron un niño y una niña coreanos junto al Papa.
Francisco reiteró que durante el Jubileo proclamará santos a dos jóvenes, Carlo Acutis, el 27 de abril, y Pier Giorgio Frassati, el 3 de agosto. Y recordó a los dos mártires de la Guerra Española, un sacerdote y un laico, beatificados ayer en Barcelona.
También, lanzó un fuerte llamamiento para Myanmar, que celebra mañana la Fiesta Nacional, "en memoria de la primera protesta estudiantil que llevó al país hacia la independencia, y en la perspectiva de una temporada pacífica y democrática que todavía hoy se lucha por lograr".
El Papa expresó su "cercanía a toda la población de Myanmar, en particular a quienes sufren por los continuos combates, especialmente a los más vulnerables: niños, ancianos, enfermos y refugiados, incluidos los rohingya".
Y "a todas las partes implicadas", hizo "un llamamiento sincero a silenciar las armas y abrir un diálogo sincero e inclusivo capaz de garantizar una paz duradera".
Para terminar, nuevamente exhortó a continuar "rezando por la Ucrania atormentada, que tanto sufre".
"Rezamos por Palestina, por Israel, el Líbano, Sudán.
Pedimos la paz", concluyó. (ANSA).
Leggi l'articolo completo su ANSA.it