Así dice a ANSA el padre Bahia Karakach, responsable de los franciscano en la ciudad del noroeste sirio.
"Parece una jornada bastante tranquila respecto a días pasados. No se escucharon, al menos hasta este momento, sonidos de bombardeos o de disparos, por lo menos en nuestra zona", dice el religioso.
"Pero hoy problemas de muchos tipos, porque algunos productos alimentarios comienzan a escasear y la gente recoge todo aquello que pueda quitar el hambre, comenzando por el pan.
Diversos puntos de distribución se vacían velozmente. Nosotros, después de misa, por la noche, distribuimos pan", dice.
El padre Francisco subraya que "en una situación de vacío de las instituciones públicas, ya comienzan a denunciarse enseguida los robos.
"Escuchamos decir que el agua seguirá faltando, no se sabe hasta cuando...". El problema principal hoy concierne a las comunicaciones, dice vía whatsapp el padre Karakach: "Las líneas telefónicas de las compañías sirias que usamos hasta ahora están interrumpidas, queda la línea de Internet que nos permite estar en contacto con el mundo exterior".
Los rebeldes que actualmente tomaron el control de Alepo buscan tranquilizar a la comunidad cristiana, pero "muchas personas tiene miedo, no se sienten seguras respecto al futuro y piensan que es mejor abandonar la ciudad".
"Yo, personalmente, no veo razones para difundir el pánico" y, "de cualquier modo -prosigue el religioso- no sirve para nada pensar en partir en este momento, porque las calles están cerradas, y hoy ciertamente es más seguro estar en casa que en viaje".
Desde ayer los franciscanos reabrieron la panificadora del Terra Santa College, embestida por una bomba el domingo 1 de diciembre, y también reabrieron el comedor que da mil alimentos al día.
"Duplicaremos la ayuda mensual que damos a las familias de nuestra parroquia que se quedaron, para que se sientan más seguras, al menos en lo relativo a los víveres", dice el religioso Aun en la compleja situación de estos días, los franciscanos de Alepo observarán la próxima Navidad: "Por un instante nuestros jóvenes dudaron que se pudiera armar el pesebre, que este año tiene como tema el Jubileo de la Esperanza. Pero justamente este tema los empujó a reactivar las fuerzas para continuar su obra".
"Esta mañana decenas de personas se ofrecieron a limpiar la iglesia y, de esta manera, prepararla para las próximas fiestas, lo que aumenta el sentido de pertenencia a la comunidad e infunde seguridad en nuestros corazones porque la vida no se detiene, sino que a adelante...", dice con una inquebrantable esperanza el padre Karakach. (ANSA).
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