La aventura del camino, la alegría de encontrar a los demás, el cuidado de los más frágiles: esto debe animar vuestro servicio de cardenales".
Y "seguir el camino de Jesús significa, finalmente, ser constructores de comunión y de unidad": "mirando a ustedes, que venís de diferentes historias y culturas y representan la catolicidad de la Iglesia, el Señor los llama a ser testigos de la fraternidad", artesanos de comunión y constructores de unidad.
Esto es lo que dice el Papa Francisco a los 21 nuevos cardenales creados en el Consistorio de hoy, en la homilía del rito en la Basílica de San Pedro en la que les entrega la birreta y el anillo.
El Pontífice, como en otras audiencias anteriores de la jornada, comparece con un notorio hematoma en el mentón, en el lado derecho de la cara, y un apósito en el cuello. Interrogado por los periodistas, el director de la Oficina de Prensa del Vaticano, Matteo Bruni, explica que "el hematoma es el resultado de una contusión ayer por la mañana", y que Francisco "se golpeó la barbilla con la mesita de luz".
Al comentar el Evangelio en su discurso, el Papa subraya que "el gusano de la competencia destruye la unidad" y, "hablando de la competencia corrosiva de este mundo", Jesús "es como si dijera: venid en pos de mí, en mi camino, y serás diferente; serás un signo luminoso en una sociedad obsesionada por la apariencia y la búsqueda de los primeros lugares." "Esto también nos puede pasar a nosotros -advierte Francisco-: que nuestro corazón se pierda, dejándose deslumbrar por el encanto del prestigio, por la seducción del poder, por un entusiasmo demasiado humano por nuestro Señor". Por eso, sugiere a los nuevos cardenales, "es importante mirar dentro de nosotros mismos, situarnos con humildad ante Dios y con honestidad ante nosotros mismos, y preguntarnos: ¿Hacia dónde va mi corazón? ¿En qué dirección se mueve? ¿Quizás.. estoy tomando el camino equivocado? Con los 21 nuevos cardenales -de los cuales 20 electores y uno de más de ochenta años - el Sacro Colegio se compone ahora de 253 cardenales, de los cuales 140 electores en un posible cónclave (muy por encima del límite de 120 establecido por Pablo VI y confirmado por Juan Pablo II) y 113 'mayores de 80'. Además de los cinco italianos -es decir, el casi centenario Angelo Acerbi, el entonces vicario de Roma. Baldassare Reina, el arzobispo de Turín, Roberto Repole, el de Nápoles, Domenico Battaglia y el subsecretario para los Inmigrantes, Fabio Baggio-, los demás países representados en este 10° Consistorio de Bergoglio son: Perú (Castillo Mattasoglio), Argentina (Bokalic Iglic), Ecuador (Cabrera Herrera), Chile (Chomalì Garib), Japón (Kikuchi), Filipinas (Siongco David), por primera vez Serbia (Nemet), Brasil (Spengler), Costa de Marfil (Bessi Dogbo), Argelia (Vesco), Irán (Mathieu), Canadá (Leo ), Lituania (Makrickas), Australia (el Bichok ucraniano), Inglaterra (Radcliffe), India (Koovakad).
"Lamentablemente, la familia humana está conmocionada y desfigurada por las desigualdades, las guerras y la pobreza en muchas partes del mundo. Nos gustaría mirar al futuro con esperanza y ver un mundo finalmente en paz. Estamos seguros, Santo Padre, de que la en la memoria de vuestros seres queridos permanecerán siempre vivos los incesantes y sentidos llamamientos a la paz, contra toda guerra, que hoy se convierten en nuestro deseo y nuestra oración", dijo el nuevo cardenal Acerbi, también en nombre de los otros veinte, en su discurso de homenaje y agradecimiento. hacia Papá.
Y el tema de la paz vuelve a aparecer en el día de Francisco también en su saludo a la "Palestina torturada" y en su invocación "¡No más guerras, no más violencia!". durante la audiencia con los donantes de pesebres y árboles de Navidad.
Además, al recibir a 11 nuevos embajadores, hace una consideración importante sobre la actividad diplomática del Vaticano para "buscar la paz promoviendo el diálogo, la reconciliación, la comprensión mutua, el respeto a la dignidad y los derechos de cada persona y pueblos y las exigencias del derecho internacional".
Con su presencia en el foro delas naciones, afirma el Papa, "la Santa Sede, según su naturaleza y misión específicas, busca promover este diálogo al servicio del bien común, sin perseguir objetivos políticos, comerciales o militares; a través de su 'neutralidad positiva' -no digo 'neutralidad', digo 'neutralidad positiva'- pretende contribuir a la resolución de conflictos y otras cuestiones destacando su dimensión ética intrínseca".
Papa a cardenales, sean constructores de unidad
21 nuevos purpurados -20 electores y uno de más de 80 años-.