"Hay multinacionales que trasladan actividades a lugares donde es más fácil explotar el trabajo, poniendo en dificultades a familias y comunidades y cancelando habilidades laborales que se han construido durante décadas.
Finalmente, "el riesgo que vemos es el alejamiento de los territorios. Hay un sistema financiero que recauda fondos en un lugar y mueve esos recursos a otras zonas con el único objetivo de incrementar sus propios intereses. Entonces la gente se siente abandonada y explotada", explicó.
Jorge Bergoglio afirmó que "lamentablemente, en el mundo globalizado, las finanzas ya no tienen rostro y se han distanciado de la vida de las personas. Cuando el único criterio es el beneficio, tenemos consecuencias negativas para la economía real".
Y "cuando las finanzas pisotean a las personas, fomentan las desigualdades y se distancian de la vida de los territorios, traicionan su finalidad. Se convierten en una economía incivilizada, en falta de civismo", subrayó. Escucharon las palabras del Pontífice, en particular, los representantes de los directivos y empleados de Banco Etico, Banco de Crédito Cooperativo Abruzzo y Molise y Banco de Crédito Cooperativo Campania Centro.
"Su presencia hoy aquí habla de una diversidad en el mundo económico y bancario - destacó el Papa -. Tienen diferentes historias y estructuras para responder a diferentes necesidades de las personas. De hecho, sin sistemas financieros adecuados, capaces de incluir y fomentar la sostenibilidad, no habría desarrollo humano integral".
Según el Pontífice, "las inversiones y el apoyo al trabajo no serían posibles sin el típico papel de intermediación de los bancos y del crédito, con la necesaria transparencia".
Y "cada vez que la economía y las finanzas tienen impactos concretos en los territorios, en la comunidad civil y religiosa, en las familias, es una bendición para todos".
Para el Papa, "las finanzas son un poco como el 'sistema circulatorio' de la economía: si se bloquea en algunos puntos y no circula por todo el cuerpo social, se producen infartos e isquemias devastadoras para la propia economía".
"Unas finanzas sanas no degeneran en actitudes usureras, pura especulación e inversiones que dañan el medio ambiente y favorecen las guerras", advirtió.
Agregó que "las instituciones bancarias tienen grandes responsabilidades para fomentar lógicas inclusivas y apoyar una economía de paz".
"El Jubileo que se avecina nos recuerda la necesidad de perdonar las deudas - reiteró Bergoglio -. Es la condición para generar esperanza y futuro en la vida de muchas personas, especialmente de los pobres. Los animo a sembrar confianza. No nos cansamos de acompañar y mantener el nivel de justicia social es alto". "Les deseo que sean portadores de esperanza para muchos que recurren a ustedes para intentar salir de períodos difíciles o relanzar su actividad empresarial", concluyó. (ANSA).
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