Por Silvana Logozzo - La extrema derecha israelí bloquea la tregua en Gaza y corre el riesgo de retrasar hasta el lunes la entrada en vigor del acuerdo alcanzado en Doha, empezando por la liberación de los tres primeros rehenes.
"Si se aprueba el acuerdo, presentaremos cartas de dimisión y no formaremos parte del gobierno.
Volveremos a formar parte de él solo si se reanuda la guerra en Gaza", tronó el halcón extremista y ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, en la tarde previa a la reunión del ejecutivo para votar el acuerdo.
Según los medios israelíes, Benjamin Netanyahu ahora está dispuesto a posponer todo hasta el sábado por la noche: los ministros se reunirán mañana, como estaba previsto inicialmente, pero la reunión podría suspenderse y reanudarse después de Shabat. Tras la votación, los opositores tendrán 48 horas para apelar ante la Corte Suprema, lo que finalizaría el lunes.
Que algo iba mal en las negociaciones en Qatar (pero sobre todo en Jerusalén) sobre el alto el fuego y la liberación de los rehenes quedó claro a las 2.18 de la madrugada del miércoles al jueves. Cuando un mensaje de la oficina de Netanyahu dijo que durante una llamada el equipo negociador le había dicho al primer ministro que Hamás quería romper una cláusula explícita que da a Israel un veto sobre la liberación de prisioneros palestinos considerados símbolos del terrorismo.
La facción palestina lo negó, pero unas horas más tarde, a las 9 de la mañana, el partido religioso sionista de Bezalel Smotrich empezó a interponerse. Al final, el ministro de Finanzas de extrema derecha restó importancia a la amenaza de derrocar al gobierno, pero pidió al primer ministro que pusiera por escrito que inmediatamente después de la primera fase del acuerdo y la liberación de los 33 rehenes, que debería comenzar el domingo al mediodía, el ejército del estado judío volvería a devastar Gaza hasta la completa destrucción de Hamás.
Se desconoce si Netanyahu realmente firmó dicho documento. Por la noche, sin embargo, los ánimos parecían menos caldeados, al menos por parte de Smotrich, y el poderoso líder del partido religioso de derecha Shas, el rabino Arie Deri, anunció que se había encontrado la solución (con Hamás y también con Smotrich).
"He recibido la confirmación de que se han superado todos los obstáculos", dijo durante la conferencia anual del partido en Jerusalén. Al mismo tiempo, llegó la confirmación de una importante fuente estadounidense e inmediatamente después del mensaje de la Franja confiado al sitio de noticias palestino Shebakt Quds: "Todas las controversias e interpretaciones que Israel ha planteado respecto a algunas cláusulas del acuerdo han sido resueltas. El acuerdo completo se firmará esta tarde", dijeron.
Por supuesto, después de las declaraciones hechas ante el mundo entero por los dos presidentes estadounidenses, uno saliente y otro entrante, Joe Biden y Donald Trump, sería muy complicado dar marcha atrás. Tanto para Jerusalén como para Gaza.
Pero el camino todavía es difícil. Por la tarde, tras el anuncio de Ben Gvir, Netanyahu se reunió con Smotrich por sexta vez en dos días, en un intento de convencer al jefe de la coalición del sionismo religioso de que no dimita también, informó el Canal 12. Una hipótesis sobre la mesa es que el Gobierno adoptará una decisión separada, declarando que la guerra no terminará hasta que Hamás sea destruido.
Sin embargo, según los comentaristas israelíes, incluso si Smotrich se uniera al halcón Ben Gvir para votar en contra, el acuerdo igualmente sería aprobado tanto en el gabinete de seguridad como en todo el gobierno.
Tras bastidores en Doha, según reveló Ynet, el director del Shin Bet, Ronen Bar, libró durante la noche un dramático tira y afloja sobre los nombres individuales de los prisioneros palestinos que serán liberados a cambio de los prisioneros secuestrados, y especialmente sobre aquellos que Israel no liberará.
Las negociaciones en un momento dado se volvieron tan tensas que tanto el enviado de Biden a la región, Brett McGurk, como el representante de Trump, Steve Witkoff, permanecieron en Doha. Mientras tanto, en Washington, el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby, dijo estar confiado en que "será posible iniciar la liberación de los rehenes el domingo, aunque todavía quedan algunos detalles por aclarar".
Mientras tanto, mientras comienza la cuenta regresiva para la tregua en Gaza, las FDI (fuerzas de defensa israelíes) parecen haber reducido sus incursiones en la Franja esta noche.
Pero en el último día, denunció el ministerio de Salud, vinculado a Hamás, 81 personas murieron en la Franja y 188 resultaron heridas.
El portavoz del grupo fundamentalista Abu Obeida, de las Brigadas Qassam, añadió que tras aceptar la tregua anoche, Israel atacó un lugar en Gaza donde una mujer está retenida como rehén. El ejército israelí, por su parte, ha hecho saber que la Fuerza Aérea israelí atacó y mató en Gaza a Muhammad Hasham Zahedi Abu Al-Rus, miembro de la célula terrorista Nukhba, la más extremista de Hamás, responsable de la infiltración en Israel del 7 de octubre de 2023 y de la masacre en el festival Nova.
En operaciones separadas, la fuerza aérea también dijo que atacó alrededor de "50 objetivos terroristas" en la Franja, incluidos terroristas de Hamás y la Yihad Islámica Palestina, sitios militares y depósitos de armas.
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