Una nueva prueba, por tanto, en la que la compañía apuesta por encontrar soluciones a los problemas comunicados por el primer paciente.
A Nolan Arbaugh le implantaron el chip en los últimos meses.
Al principio fue un éxito: el niño parapléjico pudo comunicarse con sus amigos y jugar videojuegos por primera vez en ocho años.
Sin embargo, con el paso del tiempo, la funcionalidad del chip disminuyó, lo que obligó a Neuralink a intervenir con una actualización de software que permitió que el dispositivo recuperara algunas de sus capacidades.
Neuralink espera realizar el segundo implante en junio, el Wall Street Journal informó que 1.000 personas se han presentado, aunque menos de 100 califican para el estudio.
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